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Tengo un cóncavo gusano de amor
un fuerte espasmo
y una seguridad de viento enriquecido
dame tu mano, enciende la porcelana
tibia,
recoge el aire de las cuatro estaciones del mundo
y ven
aplasta mi manto y mi oreja
frente a esos golpes izquierdos de la lluvia.
El ruido del mundo en una calle.
Dame tu tiempo encerrado en un anillo
de países
y uvillas. De hortensias y teresitas.
Fecundemos el tiempo. Seamos antes del nido.
Tengo la seguridad de un gusano cóncavo
Por allí avanzas tú en total fe
de los pasos y de la fulgida sombra de un cráter.
Yema espesa que me abraza
todos los días de julio
Aminoras el silencio
y te abres donde yo me cierro
y me limpias donde yo me ensucio
y me lames donde yo me guardo.
Al aire. Te amo
Estación. Lluvia. Perla de agua. Caballo de sal
me escondo en tu índice
y me brindas la seguridad de un presidente
de estos paisitos del cono sur de América
Arreas todas mis inseguridades
y las envuelves en el tono brutal de la carne
remontas todas las vueltas de mi vida
con tu soga
Tengo la seguridad de tu tierno manto
Tengo amor colgado
de la barba del horizonte y la llanura
Siempre has sido tú.
El buen primero, el dador de la especie
el que tapa mis oídos
y me esconde del mundo cuando nacen ladrones,
el que busca el anillo y la guarida
para tocarnos el cuerpo
Hay un instante que trina
Ayer 26 de julio
alguien descubrió que podía escribir y amar
a la vez
Tengo el alma pegada al paladar.