#Escritoras #EscritoresCubanos #EscritoresMatanceros #ParaNiños #SigloXX
El oro de la tarde tiñe la copa de una vieja yagruma quieta y sedosa. Duerme cansado el viento
Los pinares de la Isla por la costa van creciendo: quieren echarse a la mar y volverse marineros. Y las toronjas maduras
Con sus pichones la codorniz a la sabana viene a dormir. Un perro ladra
Nene, vanos a dormir; no son horas de reír: duerme el viento, duerme el sol, duermen las gallinas
Abrigando el arroyo la caña brava, chorros de finas hojas al aire lanza. ¡Qué musicales ramos,
Mi papalote, ¡qué lindo mi papalote! Vuela y vuela como un pájaro mi papalote. Un pájaro de papel
Aserrín Aserrán. Puñadito de violetas, limoncito verdemar, anillito de corales.
Cinta de arena para la nena. Gorro de sal para el coral. Y para el sol
Al mediodía, cristal el agua, cristal las hojas, cristal el día. Cristal, cristales,
Los gallos de Trinidad, de la tarde a la mañana, velan los viejos palacios, cuidadn la Torre de Iznaga. En la Popa y la Vigía
Entre las lomas el día nace. Límpidas gotas la noche esparce sobre la hierba
En la Sierra Maestra, con el paisaje, se alzó su vide noble, creció su sangre. Sembrador, guerrillero,
EL día, una rosa blanca. La noche, un caballo negro. (La tarde, una mariposa que ha detenido su vuelo.)
Camarada del sapo, del río hermana, amiga de la piedra, nieta del agua. Nieta del agua
Cuenta la estrella Polar que el puerto de Cabañas, los pescadores cubanos la nombraron capitana. Velero con altas velas