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El cielo es un espejo y la gaviota suelta su vela blanca desde la costa. Marinera del aire,
El caballo negro iba por un trillo: cada paso suyo bordaba el camino. El caballo ruano
—Venga, venga, salamandra: ¡abra la puerta, saque la gata, busque la escoba, limpie la casa!
Miniatura marinera, filigrana de madera, ámbar, jade verdemar. Caballito de sal fina, bailarín, aguamarina,
Abrigando el arroyo la caña brava, chorros de finas hojas al aire lanza. ¡Qué musicales ramos,
En primavera, nidos y flores. En el verano, lo aguaceros. En el otoño, las hojas secas. Los aguinaldos en el invierno.
De parte del aguacero que cubran con un paraguas al retoño del almendro. El coralillo rosado debe prestar atención:
¡Limón, limón! Limón agrio, limón criollo, limón dulce, limón chino,
Ahí viene la gata de María Ramos, que tira la piedra y esconde la mano. Tírale una
Los gallos de Trinidad, de la tarde a la mañana, velan los viejos palacios, cuidadn la Torre de Iznaga. En la Popa y la Vigía
Aserrín Aserrán. Puñadito de violetas, limoncito verdemar, anillito de corales.
Caperucita Roja, juega conmigo: yo seré un día lunes y tú domingo. Juega conmigo:
En el río San Juan vive un pececito que aprende a nadar. Sobre el Yumirí —iris diminuto—
—¡Hola, Pinocho!, ¿qué haces ahí? —Busco una joya que ayer perdí. —Dime, Pinocho, ¿que joya?, di. —Un pedacito de mi nariz.
El tomeguín del pinar con su collar amarillo ya pica en el alpistillo, ya rápido echa a volar. Y va del ateje al güin,