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Yo tengo un sombrero alón donde cabe un aguacero, y botas que reconocen los caminos del vaquero. ¡Qué bien te sabré domar,
El caballo negro iba por un trillo: cada paso suyo bordaba el camino. El caballo ruano
¡Qué sol enciende el palmar cuando, guardián de su nido, rompe el sinsonte a cantar! ¡Qué cubano amanecer hay en su trino; qué luces
Volando sobre el Moncada un zunzuncito llegó; lo saludó con su vuelo, volando se despidió. A la sierra fue el zunzún,
La flor del tomillo buscaba una abeja: una abeja sola, una sola obrera. En el viejo pino
Jazmín diamela, jazmín de España, jasmín criollo, ¡Ixora blanca! Lirio amarillo,
Con sus pichones la codorniz a la sabana viene a dormir. Un perro ladra
Al mediodía, cristal el agua, cristal las hojas, cristal el día. Cristal, cristales,
Caperucita Roja, juega conmigo: yo seré un día lunes y tú domingo. Juega conmigo:
De la lunita nueva vuela una garza; tiene el cuello nevado, de azul las alas. Volando viene
Los gallos de Trinidad, de la tarde a la mañana, velan los viejos palacios, cuidadn la Torre de Iznaga. En la Popa y la Vigía
Viajaré a la luna desde el campamento con su colorada pañoleta al cuello. Para complacerla
En el río San Juan vive un pececito que aprende a nadar. Sobre el Yumirí —iris diminuto—
Prende tus luces cocuyo de marzo: esta es la noche de hablar con el gallo. Compartiremos
Cinta de arena para la nena. Gorro de sal para el coral. Y para el sol