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Así, sire, en el aire de la Franc… la paloma de plata de Suecia y de… que trae en vez de olivo una rosa… Un búcaro latino, un noble vaso gr… recibirá el regalo del país de la…
En la pálida tarde se hundía, el sol en su ocaso, con la faz rubicunda en un nimbo de polvo dorado. En las aguas del mar, una barca,
Quiero expresar mi angustia en ver… dirán mi juventud de rosas y de en… y la desfloración amarga de mi vid… por un vasto dolor y cuidados pequ… Y el viaje de un vago Oriente por…
Cabe una fresca viña de corinto Que verde techo presta al simulacr… Del Dios viril, que artífice de A… En intacto pentélico labrara, Un día alegre, al deslumbrar el mu…
Joven, acérquese acá, ¿Estima usted su pellejo? Pues escúcheme un consejo, que me lo agradecerá: Arroje esa timidez
En la playa he encontrado un carac… macizo y recamado de las perlas má… europa le ha tocado con sus manos… cuando cruzó las ondas sobre el ce… He llevado a mis labios el caracol…
Ponedle dentro el sol y las estrel… ¿Aun no? Todos los rayos y centel… ¿Aun no? Poned la aurora del orie… la sonrisa de un niño, de una virgen la frente
Cuidadoso estoy siempre ante el I… enigma humano tan ponzoñoso y süav… que casi no pretende su condición… cuando se ha conquistado sus terro…
En el kiosco bien oliente besé tanto a mi odalisca en los ojos, en la frente, y en la boca y las mejillas, que los besos que la he dado
Antes de todo, gloria a ti, Leda! tu dulce vientre cubrió de seda el Dios. Miel y oro sobre la bris… Sonaban alternativamente flauta y cristales, Pan y la fuent…
Oh, terremoto mental! Yo sentí un día en mi cráneo como el caer subitáneo de una Babel de cristal. De Pascal miré el abismo,
Dio luz a sus estrofas el cielo az… Le atrajo con su inmenso fulgor el… Ciñeron su cabeza los lauros de la… Y fueron sus hermanos los hijos de… Las máscaras le dieron las Gracia…
¡Argentina! ¡Argentina! ¡Argentina! El sonoro viento arrebata la gran voz de oro… Ase la fuerte diestra la bocina, y el pulmón fuerte, bajo los crist…
Dijo sus secretos el faisán de oro… En el gabinete mi blanco tesoro, De sus claras risas el divino coro Las bellas figuras de los gobelino… Los cristales llenos de aromados v…
Carne, celeste carne de la mujer!… dijo Hugo—ambrosía más bien ¡oh ma… la vida se soporta, tan doliente y tan corta, solamente por eso: