#1981 #EscritoresUruguayos #PoemasDeLaOficina
—Usted no es mallorquín, ¿verdad?—dice la adolescente desde la mesa vecina. —¿Cómo? ¿Qué?—se sobresalta Quiñones y casi se atora con el jerez seco. —¿Lo asusté?—La muchacha no p...
Tus manos son mi caricia mis acordes cotidianos te quiero porque tus manos trabajan por la justicia si te quiero es porque sos
Lejos quedó el exilio descubierto en ensueños brumosos o cubierto de olvido un jardín más o menos irrisorio del que tomamos cuatro rosas
Montevideo quince de noviembre de mil novecientos cincuenta y cin… Montevideo era verde en mi infanci… absolutamente vrede y con travías muy señor nuestro por la presente
A medio metro de mis botas recién… el surco es una secreta y monstruo… hay que considerar que desde mis d… desgraciado yuyo y aun tengo serias dudas sobre ese…
Cuando el barco es dejado por las… a uno le vienen malos pensamientos… alarmas sin razón, carencias natas… pereza para aliarse con los viento… o no prever lo mucho que fatiga
Desde temprano había menudeado las llamadas de felicitación. Para el ex torturador (todavía no se sentía cómodo con esa partícula: ex) ya no había peligro. La tan cuestionada ley de amn...
Si a uno le dan palos de ciego la única respuesta eficaz
Ahora que apretaste la tecla play me atreveré a decirte lo que nunca osaría proponerte
Aquí está el Palacio Salvo allá está el Victoria Plaza son tan torpes tan horrendos que a uno lo dejan sin habla su fealdad es tan espesa
Esta vez fue un cometa que sacudió… y creemos saberlo todo de esa inca… ¿y si otra vez / dentro de tres mi… o de un lustro o de una sola noche otro cometa nos eligiera para acri…
La esperanza tan dulce: tan pulida tan triste la promesa tan leve no me sirve no me sirve tan mansa
Me voy con la lagartija vertiginosa a recorrer las celdas donde líber raúl
Cielito cielo que sí cielito del 26 las nubes van allá arriba la tierra bajo los pies que haya espesos nubarrones
Tu voz no quiere cantar tu voz se esconde en el llanto si pregunto tu quebranto es sólo por preguntar desde que tu pena existe