José Joaquín Palma
Guatemala feliz... ya tus aras
no ensangrienta feroz el verdugo:
ni hay cobardes que laman el yugo
ni tiranos que escupan tu faz.
 
   Si mañana tu suelo sagrado
lo profana invasión extranjera
tinta en sangre tu hermosa bandera
de mortaja al audaz servirá.
 
CORO
 
   Tinta en sangre tu hermosa bandera
de mortaja al audaz servirá
que tu pueblo con ánima fiera
antes muerto que esclavo será.
 
   De tus viejas y duras cadenas
tú fundiste con mano iracunda
el arado que el suelo fecunda
y la espada que salva el honor.
 
   Nuestros padres lucharon un día
encendidos en patrio ardimiento,
te arrancaron del potro sangriento
y te alzaron un trono de amor.
 
CORO
 
   Te arrancaron del potro sangriento
y te alzaron un trono de amor
que de patria al enérgico acento
muere el crimen y se hunde el error.
 
   Es tu enseña pedazo de cielo
entre nubes de nítida albura
y ¡ay de aquel que con mano perjura
sus colores se atreva a manchar.
 
   Que tus hijos valientes y altivos
ven con gozo en la ruda pelea
el torrente de sangre que humea
del acero al vibrante chocar.
 
CORO
 
   El torrente de sangre que humea
del acero al vibrante chocar,
que es tan sólo el honor su presea
y el altar de la patria, su altar.
 
   Recostada en el Ande soberbio
de dos mares al ruido sonoro
bajo el ala de grana y de oro
te adormeces del bello quetzal.
 
   Ave indiana que vive en tu escudo
paladión que protege tu suelo,
¡ojalá que remonte su vuelo
más que el cóndor y el águila real!
 
CORO
 
   ¡Ojalá que remonte su vuelo
más que el cóndor y el águila real,
y en sus alas levante hasta el cielo
Guatemala, tu nombre inmortal!
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