Crear fiestas de amores en nuestro amor pensamos, quemar nuevos aromas en montes no… y guardar el secreto de nuestros rostros pálidos,

Tal vez la mano, en sueño, del sembrador de estrellas, hizo sonar la música olvidada como una nota de la lira inmensa, y la ola humilde a nuestros labios…

Un amor que conversa y que razona, sabio y antiguo –diálogo y presenc… nos trajo de su ilustre Barcelona; y otro, distancia y horizonte: aus… que es alma, a nuestro modo, le of…

La tarde está muriendo como un hogar humilde que se apaga… Allá, sobre los montes, quedan algunas brasas. Y ese árbol roto en el camino blan…

Yo, para todo viaje —siempre sobre la madera de mi vagón de tercera—, voy ligero de equipaje. Si es de noche, porque no

Es una tarde mustia y desabrida de un otoño sin frutos, en la tier… estéril y raída donde la sombra de un centauro yer… Por un camino en la árida llanura,

Ante el pálido lienzo de la tarde, la iglesia, con sus torres afilada… y el ancho campanario, en cuyos hu… voltean suavemente las campanas, alta y sombría, surge.

Esta luz de Sevilla... Es el pala… donde nací, con su rumor de fuente… Mi padre, en su despacho.—La alta… la breve mosca, y el bigote lacio—… Mi padre, aun joven. Lee, escribe…

Amada, el aura dice tu pura veste blanca... No te verán mis ojos; ¡mi corazón te aguarda! El aura me ha traído

Señor, me cansa la vida, tengo la garganta ronca de gritar sobre los mares, la voz de la mar me asorda. Señor, me cansa la vida

Una tarde parda y fría de invierno. Los colegiales estudian. Monotonía de lluvia tras los cristales. Es la clase. En un cartel

Leyendo un claro día mis bien amados versos, he visto en el profundo espejo de mis sueños que una verdad divina

¡Tenue rumor de túnicas que pasan sobre la infértil tierra!... ¡Y lágrimas sonoras de las campanas viejas! Las ascuas mortecinas

Yo escucho los cantos de viejas cadencias que los niños cantan cuando en corro juegan, y vierten en coro