Dora Alonso
Torito camagüeyano
y de la sabana rey,
he venido de muy lejos
queriéndote conocer.
 
Debajo del algarrobo
donde descansando estés
podré mirar en tus ojos
el campo de Camagüey.
 
Yo sé cómo tus bramidos
llaman al amanecer;
que al beber en el arroyo
deja el agua de correr;
 
en sus espejos te copia,
torito de Camagüey,
y luego corre de nuevo
para llevarte con él.
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