Señor: en vano intento
Contener el león que me devora:
Hasta a escribir mi amargo pensamiento
La pluma recia se me niega ahora–
Señor: mi frente fría
Prenda clara te da de mi agonía:
Cual seiba desraigada
Mi trémula armazón cruje espantada:
No dejes que así cimbre
Como a recio huracán delgado mimbre:
¡Señor, Señor! yo siento
Que esta alta torre se derrumba al viento.
A la pasión, al tigre que me muerde
El poder de embridar el alma pierde. ¡Señor, Señor! no quieras
Mi pobre corazón dar a las fieras.