Para mi corazón basta tu pecho,
para tu libertad bastan mis alas.
Desde mi boca llegará hasta el cielo
lo que estaba dormido sobre tu alma.
Es en ti la ilusión de cada día.
Llegas como el rocío a las corolas.
Socavas el horizonte con tu ausencia.
Eternamente en fuga como la ola.
He dicho que cantabas en el viento
como los pinos y como los mástiles.
Como ellos eres alta y taciturna.
Y entristeces de pronto, como un viaje.
Acogedora como un viejo camino.
Te pueblan ecos y voces nostálgicas.
Yo desperté y a veces emigran y huyen
pájaros que dormían en tu alma.
Alfredo Jiménez G.
9aDesde su aparición en 1924, el libro "Veinte poemas de amor y una canción desesperada" fue recibido con entusiasmo por el público. Sin duda es la obra lírica en español más famosa en todo el mundo. Se ha traducido a casi la totalidad de los idiomas y sigue siendo un éxito de ventas. Ricardo Neftalí Reyes Basoalto, su autor, apenas tenía veinte años cuando lo publicó, fue su segunda obra en salir de la imprenta. El joven Poeta se había cambiado el nombre para evitarse la ira de su padre, quien expresamente le había prohibido escribir versos. Ya hablaremos un día de la razón por la que eligió llamarse Pablo NERUDA. Al libro citado pertenece el "poema 12" que, por su afinidad con el tema campirano y marino (alude a mástiles y flores), es un poema dedicado a "Marisol". Recordemos que Neruda, para evadir la obligada pregunta que le hicieron durante toda su vida sobre quién fue la musa inspiradora de tan bellos y famosos poemas, siempre respondió enigmático: "Fueron basicamente dos mujeres, Marisol, la del campo y Marisombra, la citadina". El Poeta se llevó a la tumba su secreto, pero la curiosidad humana es obstinada. En 1975 Sergio Fernández Larraín le quitó el velo al misterio; por lo que nos atrevimos en un anterior comentario de esta página de Poéticous a revelar el nombre de la única mujer que inspiró tan inmortales poemas, conscientes de que no profanábamos la voluntad del Poeta, puesto que el secreto ya estaba circulando entre personas bien enterados sobre temas nerudianos. Repetimos de nuevo el ansiado nombre porque es un dato importante para biógrafos y lectores: La musa se llamaba ALBERTINA AZÓCAR SOTO y fue condiscípula del Poeta en el Instituto Pedagógico de Santiago; recordemos que Neruda estudió para profesor de lengua francesa. El amor de Pablo y Albertina no pudo superar las adversidades. Las desdichas del joven bardo se grabaron, para la posteridad, en esas páginas juveniles que ya eran trabajo de un Poeta consumado. La mujer de sus desvelos no sólo inspiró los célebres veintiún poemas (contando la canción), también es la "culpable" de los versos de "Crepusculario", el primer libro de Neruda. "Siempre en fuga como una ola", Albertina se casó con un amigo del Poeta. Sin duda es la más poderosa razón de tan persistente reticencia del Poeta, que, además de haber sido un valeroso defensor de las causas populares, fue también un caballero.