Rubén Darío

A Lugones.

El alba aun no aparece en su gloria de oro.
Canta el mar con la música de sus ninfas en coro
Y el aliento del campo se va cuajando en bruma.
Teje la náyade el encaje de su espuma
Y el bosque inicia el himno de sus flautas de pluma.
 
Es el momento en que el salvaje caballero
Se ve pasar. La tribu aulla y el ligero
Caballo es un relámpago, veloz como una idea.
A su paso, asustada, se para la marea;
La náyade interrumpe la labor que ejecuta
y el director del bosque detiene la batuta.
 
—«¿Que pasa?» desde el lecho pregunta Venus bella.
Y Apolo:
—«Es Sagitario que ha robado una estrella.»
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