#1891 #EscritoresCubanos #VersosSencillos
Esplendía su rostro; por los hombr… Rubias quedejas le colgaban; era Una caricia su sonrisa: era Ciego de nacimiento: parecía Que veía: tras los párpados callad…
Por tus ojos encendidos Y lo mal puesto de un broche, Pensé que estuviste anoche Jugando a juegos prohibidos. Te odié por vil y alevosa:
¡Desque toqué, señora, vuestra man… Blanca y desnuda en la brillante f… En el fiel corazón intento en vano Los ecos apagar de aquella orquest… Del vals asolador la nota impura
Vino el médico amarillo A darme su medicina, Con una mano cetrina Y la otra mano al bolsillo: ¡Yo tengo allá en un rincón
Cuba nos une en extranjero suelo, Auras de Cuba nuestro amor desea: Cuba es tu corazón, Cuba es mi ci… Cuba en tu libro mi palabra sea.
Allí despacio te diré mis cuitas, ¡Allí en tu boca escribiré mis ver… ¡Ven, que la soledad será tu escud… Ven, blanca oveja, Pero, si acaso lloras, en tus mano…
Traidor! Con qué arma de oro Me has cautivado? Pues yo tengo coraza De hierro áspero. Hiela el dolor: el pecho
La madre está sentada Junto a la cuna:- Por la ventana gótica calada Entran risueños quiebros de luna. La madre está espantada,
¡Ea, jamelgo! De los montes de or… Baja, y de andar en prados bien ol… Y de aventar con los ligeros casco… Mures y viboreznos, y al sol rubio Mecer gentil las brilladoras crine…
Cruje La tierra, rueda hecha peda… La ciudad, urge el miedo a la conc… Siervo y señor confúndense en abra… Bosques las calles son, bosques de… Que piden al Señor misericordia.
Me han dicho, buen Florencio que… Ver un grano de trigo, Luego que sobre él cruza y recruza La rueda corpulenta del molino: ¡Pues, bien! Ábreme el pecho:
De pie, cada mañana Junto a mi áspero lecho está el ve… Brilla el Sol, nace el mundo, el… Del cráneo la malicia, Y mi águila infeliz, mi águila bla…
El enemigo brutal Nos pone fuego a la casa: El sable la calle arrasa, A la luna tropical. Pocos salieron ilesos
Hoja tras hoja de papel consumo: Rasgos, consejos, iras, letras fie… Que parecen espadas: Lo que escri… Por compasión lo borro, porque el… El crimen es al fin de mis hermano…
Cuentan un cuento de cuatro hindús ciegos, de allí del Indostán de Asia, que eran ciegos desde el nacer, y querían saber cómo era un elefante. «Vamos, dijo uno, adonde el elefante manso...