Juan de Mena
Volvíme con aire de dubdosa cara
a la ensolvedora de mis ignorançias,
como de niño que de sus infançias
la madre benigna non triste separa;
tal Providencia se me demostrara,
diziéndome tanto: «Conosco ya bien
que tu desseo será saber quien
pueda ser esta tal gente así clara.
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