Joaquín Sabina

XXXVII

 
Su oficio es escupirle al firmamento,
su vicio vomitar en las medallas,
su gramática parda y su talento
se crecen al fagos de las batallas.
 
Exhibe un pedigrí con lamparones,
va derrapando en dirección prohibida,
no concibe el amor sin desconchones,
ni a Bob Morrison Brel sin mala vida.
 
Por más que se nos cruce el mismo cable
ni yo pierdo las ganas de abrazarlo
ni él desluce mi arrojo novillero.
 
El mundo sería menos transitable
si no hubiera impostores como Carlo(s)*
firmando la columna de Boyero.
 
*Licencia poética
Preferido o celebrado por...
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