Ellas buscan mi corazón con sus manos,
con sus muslos ígneos y sus caderas;
lo buscan con sus besos más humanos,
con sus risas y caricias más sinceras.
Sus senos que florecen temprano
como en la más bella primavera,
buscan mi corazón siempre en vano
y se van marchitando con la espera.
Mas ellas, han perdido la razón;
no quieren o no pueden entender
que amor no es lo mismo que pasión.
Y les digo, buscándolas proteger:
no busquen, mis niñas, el corazón
que hace mucho se llevó otra mujer.