Fíjate en lo que dice la gente.
Sulfúrate más que el montón.
Arremete contra tu propia vida y
Arranca una flor del suelo.
Siente la espada del verdugo
Atravesando la carne del culpable,
Del inocente, del rey y del paisano.
Algún corazón roto quedó.
Detrás de la monarquía se escondió
Un deseo de poder infantil
Que ardió y estalló
En una revolución juvenil.
El ciclo se repite hoy.
Se repite en Colombia,
Se repite en todas partes.
Se repite en los hogares del Sur.
Se repite en todo el continente.
En todos los continentes.
Un ciclo infinito que nos toca
Y nos hace pensar en más.
Porque queremos más de lo que somos.
Más de lo que jamás seremos.
Queremos paz y amor,
Queremos sencillez.
Queremos que el pobre tenga
Y que el rico regale.
Queremos al Sur nuevo Norte
Y al Norte nuevo Sur.
Gritamos reconciliación
Con las manos frías.
Frías por la sangre
De muchos que gritaron.
Frías por los pactos
Que no se consagraron.
Frías por el frío
De la ciudad capital.
Frías por una idea,
Una voz y una cara.
Arranca la flor del suelo.
Que si no lo haces,
Nos faltarán flores
Para ofrecer paz.
Escucha lo que dice la gente.
Escucha con todas tus fuerzas.
Y trata de entender
El ruido del desespero.
Regocíjate en la idea
De tener más que el otro
Y sigue gastando,
Sigue gastando, sigue gastando.
Que mañana no vendrá.
Y si viene,
Mejor que te agarre
Con las manos llenas.
Mejor que te agarre
Con el estómago lleno.
Mejor que te agarre
Con el deseo consumado.
Porque si te agarra solo,
Desamparado, con hambre,
Sin nada, con ganas de todo;
Si te agarra solo, te mata.
Y te mata en serio.
Sin avisar.
Revolución gritan algunos
Pero comen a diario.
Revolución gritan todos
Con el techo arriba.
Revolución gritan pocos,
Queriendo revolución verdadera.