Neiza

La Quietud De Nada

004 - Y

Desde que me asignaron imitar la belleza soy el desorden en mi cuerpo, el silencio en mi melodía. Arranco flores del jardín para sentir la paz en mi epidermis fría. Mas el caos vuelve en seguida, radical arrasa cada resquicio de mi ser – con tal de demostrar que el jardín es más sagrado cuando se cubre de cenizas – y mi vida es más tranquila cuando no hurgo en sus heridas.

Es la lluvia,

que me moja y no la siento,

la soledad,

que me aísla desde dentro.

Perversas todas esas promesas que calientan.

Y ella, que desde que le asignaron creer en la pasión tiene la sangre aguada, la carne en sopa y la sonrisa deshilachada... Se rasca las heridas en perímetro, tratando de no arrancar las costras, cualquier líquido emergiendo supondría una purificación que no podía permitirse. Poco faltaba para que se le infectara y le alcanzara el corazón. No. Mejor no moverse. Como un cuerpo sumergido en formol. Boca arriba, sometida, como los fieles rezan a su Dios.

Es el fuego,

que me lame y no me quemo,

el exceso,

de prometerte amor eterno.

Perversas todas esas promesas que calientan.

004 - Y

Préféré par...
Autres oeuvres par Neiza ...



Haut