Es de noche
en la ciudad todos duermen
menos el sonido palpitante
del corazón del tiempo
latiendo acompasadamente
contra mí mismo.
Ninguna sed se calmará este siglo
opaco siglo del deseo
donde el hombre fue luz
bordada a fuego y, a la vez,
sueño desesperado.
La lucha es contra todos
también yo
es un soldado de la muerte.
El hombre actual
está casi muerto
delicado amante
de su propia decadencia
no tiene fuerzas
para pensar el futuro.
Todo en él
es una presencia anhelante
y carnívora
que lo devora
y lo engrandece
y, a la vez,
lo devora.