Como cántico lento, dulce, triste, suave,
despedida de un ave
que va a morir;
me llega tu imagen por la noche al dormirme
cuando voy a sumirme
en no vivir.
Alas, sol, un nido; lo que es toda la vida
canta en su despedida
cantar de amor,
y cunado al vaivén del reflejo del canto
se aduerme mi quebranto
desolador.
Renace tu imagen al renacer la aurora
cuando me trae la hora
su realidad;
contigo me duermo, me despierto, contigo,
y así es como consigo
mi eternidad.