Me dijeron no tus dulces palabras,
Cómo una dolorosa mentira,
Y como quien sufre mi corazón
Al son de tus crueles melodías.
Son tan frágiles mis sentimientos
Cómo un jarrón de vidrieras,
Quien tu: pudiste quebrantarlos
Tristes penas: llamadas eternas.
De este secreto amor que llenaba,
El fuego que sembró mi locura,
Y el amor que llenaba mis horas
Toda apagada; llenas de penurias.
Y al son de la cansada que espera,
Toda mi alma, triste y adolorida
Ingenua: tonta de no darse cuenta
Para mi tu eres mujer prohibida.