Miguel Peñafiel

UNA DONCELLA EN LA FLORESTA

Una doncella en la floresta

Y fue en una noche, en la dorada fiesta
Que hay conocí, el verdadero amor...
Me entregue a los brazos de una reina,
Al arrullo sonoro de su eterna canción.
 
¡Mi alma tímida, frente a ella estaba!
Bajo la existencia de una condesa...
Al pronunciar mis labios la amorosa:
A la invitación cordial; de la floresta.
 
Todo se torno para mi como un cuento
En la estrellada noche lujuriosa...
Mientras veía sus ojitos de luceros,
Me sorprendió su bella risa luminosa.
 
En sus manos sutiles, las fragancias;
Suscitan la embriaguez melódica...
Y mis labios se endulzan en su boca,
Con tan solo oírle decir sus palabras.
 
Surge dentro de mi la pasión indefinible
Al seguir el ritmo del lirio de sus pies,
¡Amante de seguir sus huellas únicas:
Mágico es el camino dulce de su miel!.
 
Cuando el ágil flanco en que lo mueve;
Luce tal encanto en quien la ve...
Preso como un loco en sus anhelos,
¡Danzando, parece ella una Salomé!.
 
Bailaba su alma como una bella estrella
Hada milagrosa en el castillo del amor,
¡Luce sus encantos en el jardín juvenil!
Una niña hermosa de un tierno corazón.

(2015)

Reserva derecho de autor.

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