¿Por qué te sientes alma pobre y abatida,
Envuelta por el sumiso y el llanto?
¿En dónde están las galas de tu vida
Y en dónde el tono alegre de tu canto?
Dime, ¿por qué tan triste me consumes,
Si pudiéramos hacer poesía y canto?
Dulce bien, pero en ese mal me sumes,
En el delirio devorante de tu espanto.
Porque si amando con toda esa ternura,
Pueda ser desdicha de ese encanto,
Será que no quisiste amar a esta criatura
Que llevas dentro de tu desencanto.
Siempre llorando vas en tu dolor maldito,
Ya no es poesía y tampoco es canto,
Y por eso triste sin galas me marchito
Triste aquí, siempre así, ya no aguanto.