Y nuevamente me escucha el cielo
Abro mi boca fría, y yo canto.
Ese terrible entrañable espanto
Que derrama sangre con tu anhelo.
Odio la maldad y amo a la justicia
Justicia que por ti, yo levanto.
Y el fuego triste del quebranto
A la distancia llegó a ser noticia.
Amor: seré tu cómplice, y desvía
El camino de temor que disminuye,
Las malas consecuencias del día.
Ahora ve a otro lugar, ve y huye
Ve a cobrar plenitud, y la agonía.
Donde el mal por siempre fluye.