Perdóname señor, si algo yo he hecho
Ten piedad te pide mi pobre alma,
No me atormentes en mi propio fuego
Inextinguible amor, ardiente llama.
De amor y sentimientos, tu hijo muere
Y muere por amor, amor sublime,
De un amor generoso que bien lo dice
Morir de la mano de quien lo hiere.
Y es de amor, el alma que me ilumina
Es la misma que me será salvada,
Y de poder alcanzar esa gracia divina
De aclamar mis labios: esperanza.
Y de este amor, clavado en mi pecho
Con brazos abiertos que reclama,
No me atormentes en mi propio fuego
Inextinguible amor, ardiente llanta.