Que triste realidad; que ven mis ojos hoy en día,
Se encuentra mi ciudad: rodeada de rateros,
Y sobre las calles personas; alimañas atrevidas
Que van hurtando; sin vergüenza y sin miedo.
El ladrón es un vulgar y un vicioso delincuente,
Que por maña acostumbra a tomar lo ajeno;
Un sujeto con una mente: conflicto psicológica
Que sigue un mal camino, sin tener respeto.
El delincuente no es delincuente de nacimiento;
Sino por la pobreza; que es una mala consejera,
Aunque no digo que eso lo justifica sus actos
Sino que en realidad; ¡la culpable presidencia!.
Nos decimos; hermanos y vecinos en esta vida,
Cuyo saludos nos brindamos hipócritamente,
Y nos ofendemos por la espalda la fatal herida
Sin brindarnos el amor; _ la ayuda verdadera.
Que triste mi ciudad; contaminada de rapiñas,
Ofendida por aquellos vagabundos sin almas,
Cometiendo fechorías: _ actos delincuenciales
Llenando sus calles: _ ¡de angustias y penas!.