Miguel Peñafiel

LA DIABLA DE LA NOCHE

Poesía

 
Se viste de negro, tentación en la piel,
sus pasos susurran lujuria al pasar,
con cuernos de juego y mirada infiel,
se arrastra en las sombras buscando pecar.
 
El vestido le arde, no cubre el ardor,
su carne es un grito que invita a caer,
el alma vacía, sin rastro de amor,
ofrece su cuerpo por hambre de poder.
 
La música estalla, su cuerpo es ritual,
cada curva un verso que incita al placer,
pero tras la máscara, como un puñal,
esconde secretos que nadie va a ver.
 
Y aunque todos caen ante su ilusión,
la diabla no duerme, no sabe sentir,
baila entre las llamas su desolación,
mientras su deseo la empieza a consumir.

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