Yo no sé si mi corazón o mi cerebro
Aprendieron a vivir de tu retrato;
Miradas bellas, rostro sobrehumano,
Dulce emperatriz, de rasos tiernos.
Amanece en mi mente, tu hermosura
¡Por eso, por tu amor, yo obligado
A levantar mis ojos para tu belleza,
Y me abro como en flor: enamorado!.
De tu belleza y la luz, tu resplandece
Eres mi doncella, lo sé, y tú sabes,
Y quiero ser el poseedor de tu amor
Ser la llave que de tu corazón abre.
Una gran inocencia límpida y divina
Renace en el fondo de mi alma,
Es cuando te veo caminar hacia mi;
Mujer tierna, adorable y retratada.