Considerad, lo que os digo,
Esta lengua roída por el cáncer:
Soy un poeta en un mundo obscuro
Que pierde su voz en vano
Profetizando el amor con clase.
Qué os parece mi cara abofeteada?
Verdad que inspira lástima mirarme!
Y qué decís de mi voz por encima:
Pensaras que es algo degradante.
En lectura de ojos, solo leyendo.
No reconozco ni a mi propia madre,
Qué me sucede? Me pasa:
Me los he arruinado dando clase.
La mala luz del sol,
La venenosa luna miserable,
Y todo para qué:
Para un mundo imperdonable.
Para qué amar como hombre y mujer,
Si nos dan una muerte de animales!
Y con sabor y con olor a sangre
Muerte, conversaciones criminales.
Sin embargo yo fui tal como ustedes,
Joven lleno de bellos ideales,
Pero con sus acciones imperdonables
Embrutecido estoy en horas semanales.