Siempre serás para mi, como el mañana;
Procurando hacer larga la espera mía,
Amanezco mil veces triste cada día
Y echo a llorar lágrimas por mi ventana.
Para encender una luz de mi esperanza,
Y aromar de melodías mi vida,
Debo librarme de la soledad humana
Y apagar mi sed de amor todo los días.
Sin embargo, en los días, dónde el amor;
Muere de sombra, en el alma suicida,
¡Golpea, en el corazón con mano fuerte!
Amar ausente, es como orbitar sin vida.
Donde el corazón dejo su pasión escrita,
De ansiedad desplegó su dulce vuelo,
Desde la soledad más infinita...
Soñando abrirse, a las puertas del cielo.
Y este amor que solo vive por mi mismo;
Arribará una vez más ¿quién pudiera?...
Desde las garras más frías de la muerte,
Sin dar amor jamás, ni a quien me diera.