#Cubanos #Habaneros #Modernismo #SigloXIX #1891 #VersosSencillos
Dios las maldiga! ¡Hay madres en el mun… Que apartan a los padres de sus hijos: Y preparan al mal sus almas blancas Y les derraman el odio en los oídos! ¡Dios las maldiga! Oh, cielo, ¿no tendr…
#FloresDelDestierro
¡Cielo, mi amor!—en vano sobre el libro La vista fijo y la atención reclamo: Tu luz enciendo, con tus rayos vibro, ¡Y expulsado de ti, perdón te clamo! Si te merezco ¡oh padre! si te adoro
De mis versos ¿qué me queda? No te diré yo quién soy. Nadie lo sabe: yo voy Como ola ardiente que rueda.
Una mora de Trípoli tenía Una perla rosada, una gran perla: Y la echó con desdén al mar un día: —«¡Siempre la misma! ¡ya me cansa verla!… Pocos años después, junto a la roca
#LaEdadDeOro
Hoja tras hoja de papel consumo: Rasgos, consejos, iras, letras fieras Que parecen espadas: Lo que escribo, Por compasión lo borro, porque el crimen… El crimen es al fin de mis hermanos.
Vuelvo a ti, pluma fiel. De la desdicha Más que de la ventura nace el verso. Marzo fatal sobre la tierra cruza, Marzo envidioso: corta la erizada Ala la nube que al encuentro boga
Traidor! Con qué arma de oro Me has cautivado? Pues yo tengo coraza De hierro áspero. Hiela el dolor: el pecho
#Ismaelillo
Hijo, en tu busca Cruzo los mares: Las olas buenas A ti me traen: Los aires frescos
¡Cadáveres amados los que un día Ensueños fuisteis de la patria mía, Arrojad, arrojad sobre mi frente Polvo de vuestros huesos carcomidos! ¡Tocad mi corazón con vuestras manos!
Yo tengo un amigo muerto Que suele venirme a ver: Mi amigo se sienta, y canta; Canta en voz que ha de doler. “En un ave de dos alas
#1891 #VersosSencillos
El Sol alumbra: ya en los aires miro La copa amarga: ya mis labios tiemblan, No de temor, que prostituye, de ira!... El Universo, en las mañanas alza Medio dormido aún de un dulce sueño
#1882 #VersosLibres
Los niños han leído mucho el número pasado de La Edad de Oro, y son graciosas las cartas que mandan, preguntando si es verdad todo lo que dice el artículo de la Exposición de París. Por...
No sientas que te falte el don de hablar que te arrebata el ciel… no necesita tu belleza esmalte ni tu alma pura más extenso vuelo. No mires, niña mía,
De sus pestañas al peso el ancho párpado entorna, lirio que, al sol que se torna, se cierra pidiendo un beso. Y luego como fragante
Señor, aún no ha caído El roble, a padecer por ti elegido; Aún suena por su fibra Rota el eco del golpe: aún tiembla y vib… Dentro el tronco el acero, al aire el ca…