#SigloXX #SigloXXI #Uruguayos #1988 #VientosDelExilio
La nación es una manzana una roja invitante manzana y no sabemos quién la moderá la nación es una corneta una ronca gastada corneta
Alguna vez en palma de mallorca hallé en el borne dos filas de árb… como las que hubo en un recodo del viejo parque urbano en la habana otra vez
Cada ciudad puede ser otra cuando el amor la transfigura cada ciudad puede ser tantas como amorosos la recorren el amor pasa por los parques
Enhorabuena como quien dice barrio y universo o etrusco y habanero u optimismos en rústica que saben el color de sus razones
—Usted no es mallorquín, ¿verdad?—dice la adolescente desde la mesa vecina. —¿Cómo? ¿Qué?—se sobresalta Quiñones y casi se atora con el jerez seco. —¿Lo asusté?—La muchacha no p...
Para entender mejor cuán reaccionario era Jorge Manrique hay que desarrollar el complemento
Ayer fue yesterday para buenos colonos mas por fortuna nuestro mañana no es tomorrow Tengo un mañana que es mio
Unos como invasores otros como invadidos ¿qué país no ha perdido la inocencia? pero además
Al principio ella fue una serena c… un rostro que no fingía ni siquier… unas manos que de a poco inventaba… una piel memorable y convicta una mirada limpia sin traiciones
Querés saber dónde están los mucha… sospechás que ahora vendrán caras… y aunque pasó una sombra sonó un b… guardás escondida una esperanza hu… que es toda la fortuna de tu coraz…
Ésta debe ser la trigésima despedida. Es un trámite que Fernando Varengo conoce de sobra. Como testigo, claro; no como viajero. Asistir a la normal y apasionada discusión de Migue...
Llueve desaforada / deshilachadame… llueve con flechas rotas / con gor… llueve con las noticias del otro y… llueve con ojos secos tristemente llueve con mariposas y pronósticos
La paz oh la paz quién habló de la paz aquel viejo con cara de caballo que mira sin mirar y a veces pide ése habló de la paz
Esperando que el viento doble tus ramas que el nivel de las aguas llegue a tu arena esperando que el cielo
La rosa de oro no se marchita ni tiene aroma el cielo ajeno que te envenena