Aquella esperanza que cabía en un dedal, aquella alta vereda junto al barro, aquel ir y venir del sueño, aquel horóscopo de un larguísimo viaje y el larguísimo viaje con adioses y gent…
Ellos saben si soy o si no soy, ellos abren la puerta y dicen: «Pase», miran y relativamente son felices, endosan el destino como un cheque y eructan, aquíescentes, sin provocar a…
Viene contento el nuevo la sonrisa juntándole los labios el lápizfaber virgen y agresivo el duro traje azul
Voy a cerrar la tarde se acabó no trabajo tiene la culpa el cielo que urge como un río
Usted que se desliza sobre el tiempo, usted que saca punta y se persigna, usted, modesto anfibio,
Ya he sacado mis cuentas y no le pago a nadie. Ni al sastre que me hizo estas solapas como alas de palomo
Volvió el noble trabajo pucha qué triste que nos brinda el pan nuestro pucha qué triste me meto en el atraso
Hay una tos reseca como de cigarrillo después un comentario murmurado un arrastre de silla
Yo digo ¿no? esta mano que escribe mil doscientos y transporte y Enero
Vino el patrón y nos dejó su niño casi tres horas nos dejó su niño, indefenso, sonriente, millonario, un angelito gordo y sin palabras. Lo sentamos allí, frente a la máquina
Montevideo quince de noviembre de mil novecientos cincuenta y cinco Montevideo era verde en mi infancia absolutamente vrede y con travías muy señor nuestro por la presente
Qué suerte siempre iguales hermano vos y yo desde aquella alegría
El cielo de veras que no es éste de ahor… el cielo de cuando me jubile durará todo el día todo el día caerá como lluvia de sol sobre mi calva.
Déjame este zumbido de verano y la ausencia bendita de la siesta déjame este lápiz este block esta máquina
Hoy un domingo como cualquier otro uno de esos que Dios ha reservado
Mírela y no proteste ésta es su tierra amigo ella lo está esperando como una amante nueva
Quién me iba a decir que el destino era… Ver la lluvia a través de letras inverti… un paredón con manchas que parecen proho… el techo de los ómnibus brillantes como… y esa melancolía que impregna las bocina…
Es una lástima que no estés conmigo cuando miro el reloj y son las cuatro y acabo la planilla y pienso diez minuto… y estiro las piernas como todas las tard… y hago así con los hombros para aflojar…
Jefe usté está aburrido aburrido de veras hace veintiocho años que sabe sus asientos,
Aquí empieza el descanso. En mi conciencia y en el almanaque junto a mi nombre y cargo en la planilla aquí empieza el descanso. Dos semanas.