Una ensenada sólo vista en postales
una región perpleja del recuerdo
una fruta escasísima y sabrosa
un suburbio que ya no se frecuenta
una paloma absorta en los pretiles
un andante para cigarra y piano
una puesta de sol sin helicópteros
una humareda en algún campo lejos
transparencias después del aguacero
hechuras y siluetas
probablemente arcaicas
de la tranquilidad
ese diáfano estado de excepción
al que nos vamos
desacostumbrando.