Mario Benedetti

Enemigo

Tus ojos miran como dos latidos
tu corazón no puede con su roca,
tu memoria se tapa los oídos.
 
Maldices aunque no muevas la boca,
sigues comprando el surco y los matones,
el azar, los desnudos y la poca
 
vergüenza que te pisa los talones,
sigues comprando hectáreas y tristezas.
Pero son demasiadas emociones.
 
Como todos, escondes tus flaquezas
y tu memoria sabe lo que sabe.
Llega la hora. Y además empiezas
a crujir, enemigo. Eso es muy grave.
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