A menudo carezco de disciplina.
Me absorbe la pereza y me ahogo en rabia,
por no cumplir lo prometido.
Si tan fácil fuese tomar las riendas de mi vida,
como lo es quejarse de ella misma.
Si tan fácil resultase escuchar a mi cuerpo,
como me resulta escuchar a los demás.
Que complejos resuelvo los días a veces,
con lo fácil que es dejarse llevar.