La impaciencia es fuerza destructiva es no detenerse en las cosas no dedicarles el necesario tiempo, la espera.
¡Oh! mar verdiazul coronada estás de remolinos y blancos torbellinos.
Ya danzará la tierra toda y las mujeres dejarán de tejer sus telares y los hombres navegar los fatigantes mares.
La lluvia y el campo son compañeros. El viento mediador, cura el sufrir de la lluvia y cesa la sed
Mi prisión repleta de jaurías de lobos furios… se convirtió en coloridas aves de dulce cantar.
No hay ruidos, ni una antena de hormiga se mueve ¡¡Todo es Silencio!!
Mirad hacia la montaña. Se ha posado un arcángel blanco ¡¡Albino!! como la nieve. Vigila con su espada los transparentes velos
El tiempo tiene su labor en el telar convulsionado del tiempo.
La prisa puede conducir a error es propio de sabios ir a pie, paso a paso,
El sol doraba las altas cimas. Mientras mi corazón se revoluciona… en tumultuosa esperanza.
Mar, que la sed transforma en sal. Mar, espejo voraz,
Soy amiga de la vida revolotean burbujas de jabón y mágicas mariposas por mi avenida.
¿Conoces el campo donde nace el oscuro vino de oro negro?- En el verde follaje las uvas albinas y negras arden el mosto.
Cortesía, hechizo de las personas amables y benevolentes. Las buenas palabras, junto con las buenas acciones
Luna dulce, luna de azúcar, en la inmensa taza del firmamento.