Luna, que desde el cenit, vigilas los campos.
Después de la tristeza, viene la felicidad que trae consigo la paz.
El tiempo tiene su labor en el telar convulsionado del tiempo.
Torres de Inglaterra rodeada de briosos potros y arbolados prados de la tierra a cubrir
La lluvia y el campo son compañeros. El viento mediador, cura el sufrir de la lluvia y cesa la sed
Acude a tu soledad crea y ama porque amo a quien crea su propio destino y perece por ello.
La impaciencia es fuerza destructiva es no detenerse en las cosas no dedicarles el necesario tiempo, la espera.
He adornado un pequeño altar. Allí arden viejas hojas de laurel aromatizando el ambiente
Extraíste lo dulce de tu pócima has ordeñado la vaca de pesares y ahora disfrutas la mielosa leche láctea de las ubres de oro.
Cada despertar del disco ardiente del Sol, es una mañana llena de inocencia y plenitud.
He visto un cisne que en su sabiduría lleno está de blancas canas.
Flor pequeña que lentamente en mis manos moría. Yo le quiero, le decía. Ella me preguntó ¿me quieres?
En cada árbol, cada hoja, cada tallo, cada raíz, la vida palpita
¿Qué te pasa gallito que cantas tan tempranito?
Mi prisión repleta de jaurías de lobos furios… se convirtió en coloridas aves de dulce cantar.