Dá, sin esperar nada a cambio. Ésa es la felicidad plena.
Mi prisión repleta de jaurías de lobos furios… se convirtió en coloridas aves de dulce cantar.
El tiempo tiene su labor en el telar convulsionado del tiempo.
Flor pequeña que lentamente en mis manos moría. Yo le quiero, le decía. Ella me preguntó ¿me quieres?
¡Oh! mar verdiazul coronada estás de remolinos y blancos torbellinos.
La felicidad crece al ser compartida.
Bueno es rodearse de gente sabia.
Sacerdotisas llevan en sus castos brazos pequeños cofres y vasos sagrados para honrar y ofrendar
Hasta para coger los frutos debes estirar los brazos.
Marineros de Chile ¡¡Rudos!! como las rocas del mar y ágiles como el ir y venir de las olas.
Cada despertar del disco ardiente del Sol, es una mañana llena de inocencia y plenitud.
Importante es ser discreto al hablar.
He adornado un pequeño altar. Allí arden viejas hojas de laurel aromatizando el ambiente
Ponle sazón a tu conversación.
Hombres y mujeres caminan por puentes y senderos hacia el futuro. La vida debe ser edificada