Moviendo los cuerpos en la bohemia de esta carpa
que gira con esos ojos que nos siguen
con recelo y deseo.
Nos cruzamos la mirada
mientras el vino roza nuestras bocas rojas,
pero la incomodidad se apodera de mi trasiego,
y deseo quietud, sin esos ojos
que no sé cómo interpretar,
que muchas veces confundo,
porque son adversos
y yo temo, siempre temo.
No obstante, me detengo hoy
porque quiero bailar a pesar de esos ojos que me siguen,
quiero besarte con mi boca de vino
mientras elegimos circular entre esta multitud errante.
No quiero contradecirme
ni someterme a las miradas de otras miradas,
porque a estas horas de la noche
es este momento el que apetezco
y también el que disipé
en esta carpa de circo.