#EscritoresEspañoles #Generación27
¡Qué sola estabas por dentro! Cuando me asomé a tus labios un rojo túnel de sangre, oscuro y triste, se hundía hasta el final de tu alma.
¡Qué dulce dolor de ancla En el corazón sentías! Tu corazón reteniendo, Duro coral, mi partida. Ahogada en amor, tu amor
Al ver por dónde huyes Dichoso cambiaría Las sendas interiores de tu alma Por las de alegres campos. Que si tu fuga fuera
Tan clara que, invisible, en sí misma se esconde, como el aire o el agua, transparente y oculta; desierta no, surcada
El alma es igual que el aire. Con la luz se hace invisible, Perdiendo su honda negrura. Sólo en las profundas noches Son visibles alma y aire.
Hice bien en herirte, Mujer desconocida. Al abrazarte luego De distinta manera, ¡Qué verdadero amor,
¡Qué pena esta de hoy! Haberlo dicho todo, Volcando por completo Lo que pesaba tanto, Y ver luego que todo
Sentirse solo en medio de la vida casi es reinar, pero sentirse solo en medio del olvido, en el oscuro campo de un corazón, es estar pres… sin que siquiera una avecilla trin…
Si para ti fui sombra Cuando cubrí tu cuerpo, Si cuando te besaba Mis ojos eran ciegos, Sigamos siendo noche,
No estás tan sola sin mí. Mi soledad te acompaña. Yo desterrado, tú ausente. ¿Quién de los dos tiene patria? Nos une el cielo y el mar.
Era mi dolor tan alto, que la puerta de la casa de donde salí llorando me llegaba a la cintura. ¡Qué pequeños resultaban
Recorre el amor mi verso, baja y sube por sus hilos; el corazón que lo impulsa nunca lo deja tranquilo, que quiere vivir y late,
Ojos de puente los míos por donde pasan las aguas que van a dar al olvido. Sobre mi frente de acero mirando por las barandas
Sólo sé que estoy en mí y nunca sabré quién soy, tampoco sé adónde voy ni hasta cuándo estaré aquí. Vestido con vida o muerte
Hijo de la oración, cada mañana dejo el seno del cántico, me desnudo del himno que se eleva a la gloria de Dios