#Españoles #Generación27 #SigloXX (1931) Soledades juntas
Las barcas de dos en dos, como sandalias del viento puestas a secar al sol. Yo y mi sombra, ángulo recto. Yo y mi sombra, libro abierto.
Al ver por dónde huyes Dichoso cambiaría Las sendas interiores de tu alma Por las de alegres campos. Que si tu fuga fuera
Hoy puedo estar contigo. He desea… Para ti todo el bien y me acompaña La bondad del amor. A ti te debo Gozar en soledad la compañía Más difícil del hombre, la que tie…
Sentirse solo en medio de la vida casi es reinar, pero sentirse solo en medio del olvido, en el oscuro campo de un corazón, es estar pres… sin que siquiera una avecilla trin…
Un lago en una isla Eso es tu amor por mí, Y mi amor te rodea Como un inmenso mar De silencios azules;
Hijo de la oración, cada mañana dejo el seno del cántico, me desnudo del himno que se eleva a la gloria de Dios
No sé si es que cumplió ya su dest… si alcanzó perfección o si acabado este amor a su límite ha llegado sin dar un paso más en su camino. Aún le miro subir, de donde vino,
¡Qué sola estabas por dentro! Cuando me asomé a tus labios un rojo túnel de sangre, oscuro y triste, se hundía hasta el final de tu alma.
Entre alaridos se sostiene su débil rama, entre escombros de guerra, viva en mi corazón endurecido, como una flor sencilla
No hay ningún paso, ni atraviesa nadie los dinteles de luz y de colores, cuando la rosa se abre, porque invisibles son los paraísos
Quiero vivir para siempre En torre de tres ventanas, Donde tres luces distintas Den una luz a mi alma. Tres personas y una luz
Mi sueño no tiene sitio Para que vivas. No hay sitio. Todo es sueño. Te hundirías. Vete a vivir a otra parte, Tú, que estás viva. Si fueran
Las sendas que me obligo A recorrer por ti, No las borra la vida, Y en vez de flores, una venda, Dura como una máscara,
Se agrandaban las puertas. Yo gig… Con el recuerdo de mi olvido dentr… Atravesaba las estancias, Golpeando las paredes sordas. ¡Qué collar interior en mi gargant…
Apoyada en mi hombro eres mi ala derecha. Como si desplegaras tus suaves plumas negras, tus palabras a un cielo