Éstas son las rodillas de la noche… Aún no sabemos de sus ojos. La frente, el alba, el pelo rubio, Vendrán más tarde. Su cuerpo recorrido lentamente

¡Qué pena esta de hoy! Haberlo dicho todo, Volcando por completo Lo que pesaba tanto, Y ver luego que todo

Sólo sé que estoy en mí y nunca sabré quién soy, tampoco sé adónde voy ni hasta cuándo estaré aquí. Vestido con vida o muerte

Era mi dolor tan alto, que la puerta de la casa de donde salí llorando me llegaba a la cintura. ¡Qué pequeños resultaban

Tu soledad te defiende, Te limitan tus miradas, Que yo sé que tu alma llega Adonde tu vista alcanza, Adonde llegan tus sueños,

Hubiera preferido ser huérfano en la muerte, que me faltaras tú allá, en lo misterioso, no aquí, en lo conocido.

Las sendas que me obligo A recorrer por ti, No las borra la vida, Y en vez de flores, una venda, Dura como una máscara,

Ojos de puente los míos por donde pasan las aguas que van a dar al olvido. Sobre mi frente de acero mirando por las barandas

Estabas sola y alta. Yo miraba cómo todos los pájaros Debajo de tu frente se escondían. ¡Qué ir y venir y qué volver! Cómo todas las cosas

Al ver por dónde huyes Dichoso cambiaría Las sendas interiores de tu alma Por las de alegres campos. Que si tu fuga fuera

No sé si es que cumplió ya su dest… si alcanzó perfección o si acabado este amor a su límite ha llegado sin dar un paso más en su camino. Aún le miro subir, de donde vino,

Tuvo mi amor la forma de tu vida. Nunca el olvido le cerró los labio… A la estela ni al cauce, ni a la g… Que atravesabas tú; límite era Que se quedaba estático afirmando

Recorre el amor mi verso, baja y sube por sus hilos; el corazón que lo impulsa nunca lo deja tranquilo, que quiere vivir y late,

Amor, sólo te muestras Por lo que de mí arrancas, Aire invisible eres Que despojas mi alma Manchando el limpio cielo

Las barcas de dos en dos, como sandalias del viento puestas a secar al sol. Yo y mi sombra, ángulo recto. Yo y mi sombra, libro abierto.