#EscritoresMexicanos Poesía romanticismo romántica,
Pues, señor, dije yo, ya que es pr… puesto que así lo han dicho en el… que rompa ya la bendecida prosa que preparado para el caso había, y que escriba en vez de ella algun…
¿Quieres oír un sueño?... Pues anoche vi la brisa fugaz de la espesura que al rozar con el broche de un lirio que se alzaba en la pr…
¡Amar a una mujer, sentir su alien… Y escuchar a su lado Lo dulce y armonioso de su acento; Tener su boca a nuestra boca unida Y su cuello en el nuestro reclinad…
Pensando las quinientas unidades que el número quinientos componían… que si quinientas eran al uno y nada más se lo debían; en sociedad se unieron, y los miem…
¿Se acuerda usted de Juan, de aqu… del que le dije a usted que eran aquellos cuadros tan boni… y el paisajito aquel? ¿Si?, pues señor, ayer por la maña…
Sonaron las campanas de Dolores, voz de alarma que el cielo estreme… y en medio de la noche surgió el d… de augusta libertad con los fulgor… Temblaron de pavor los opresores
Si tu alma pura es un broche que para abrirse a la vida quiere la calma adormecida de las sombras de la noche; si buscas como un abrigo
Ese era el cuadro que, al romper l… sus velos de crespón, alumbró, atravesando las ventanas, la tibia luz del sol: un techo que acababa de entreabrir…
¡Entrad!, en mi aposento Donde sólo se ven sombras, Está una mujer muriendo Entre insufribles congojas... Y a su cabecera tristes
Página en que la esfinge de la mue… con su enigma de sombrea nos provo… ¿Cómo poderte descifrar, si es poc… toda la luz del sol para leerte?
De los tres cielos que recorre el… de la existencia en la medida impí… cuando la gloria me enseñó tu nomb… yo estaba en el primero todavía. La pena que del pecho
Ante el recuerdo bendito De aquella noche sagrada En que la patria aherrojada Rompió al fin su esclavitud; Ante la dulce memoria
Después de que el destino me ha hundido en las congojas del árbol que se muere crujiendo de dolor, truncando una por una
Iba llorando la Ausencia con el semblante abatido cuando se encontró en presencia del Olvido, que al ver su faz marchitada,
Tres eran, mas la Inglaterra Volvió a lanzarse a las olas, Y las naves españolas Tomaron rumbo a su tierra; Sólo Francia gritó: «¡Guerra!»