Eres mi venus en la tierra, inspirando mis escritos.
Eres el vino que bebo contemplando tu sonrisa.
Eres un viaje constante que explora mis pensamientos.
Eres el vuelo que quisiera mantener entre las nubes.
Eres la valentía de sostener mis manos frente a comentarios de extraños.
Tu nombre está dentro de una poesía, e inspira una pasión infinita por su amada a quien le lee.
Tu nombre se describe con el verso “Volvería a nacer con una pasión violenta, que terminaría en una inexpresable pasión que siento hacia ti”.
Aunque tu nombre se me había tatuado desde aquel día cuando te vi por primera vez, desde entonces.
Has llenado cada rincón de mi inspiración, solo me basta cerrar mis ojos, recordar tu sonrisa y oír tu nombre para que nazca esta locura constante que ha sido vivírte.