Sobresaltado sueño
el sueño del culpable. Sueña
a su abuelo volteando un niño
frente a un muro, y despierta
al punto que el abuelo airado
abre la mano.
El culpable sueña a su padre
niño aún, inocente…
La luz va a él para herirle, para
cegarle, tropieza con ella
como con un cuchillo con el rostro
de la Ira.
El culpable recuerda a Isaac,
a Isaac, inocente cuello,
y el cuchillo de Abraham
devolviendo el rostro del ángel
de Dios.
Confúndese el culpable, no
siente el abrazo de la zarza
al muro resonante de su cuerpo,
su hijo llora,
olvida que la sangre es inocente.