#EscritoresEspañoles #Generación27 (1924-1927) Primeras poesías
El mar es un olvido, una canción, un labio; el mar es un amante, fiel respuesta al deseo. Es como un ruiseñor,
Qué ruido tan triste el que hacen… parece como el viento que se mece… sobre adolescentes mutilados, mientras las manos llueven, manos ligeras, manos egoístas, man…
Yo no te conocía, tierra; con los ojos inertes, la mano alet… lloré todo ciego bajo tu verde son… aunque, alentar juvenil, sintiera… un tumulto sediento de postrarse,
Diré cómo nacisteis, placeres proh… Como nace un deseo sobre torres de… Amenazadores barrotes, hiel descol… Noche petrificada a fuerza de puño… Ante todos, incluso el más rebelde…
Quizá mis lentos ojos no verán más… de ligeros paisajes dormidos en el… con cuerpos a la sombra de ramas c… o huyendo en un galope de caballos… El sur es un desierto que llora mi…
Por el campo tranquilo de septiemb… del álamo amarillo alguna hoja, como una estrella rota, girando al suelo viene. Si así el alma inconsciente,
Los marineros son las alas del amo… son los espejos del amor, el mar les acompaña, y sus ojos son rubios lo mismo que… rubio es también, igual que son su…
Tus ojos son de donde la nieve no ha manchado la luz, y entre las palmas el aire invisible es de claro.
Escondido en los muros este jardín me brinda sus ramas y sus aguas de secreta delicia. Qué silencio. ¿Es así
La plaza sola (gris el aire, negros los árboles, la tierra manchada por la nieve), parecía, no realidad, mas copia triste sin realidad. Entonces,
Sombra hecha de luz, que templando repele, es fuego con nieve el andaluz. Enigma al trasluz,
Te lo he dicho con el viento, jugueteando como animalillo en la… o iracundo como órgano impetuoso; Te lo he dicho con el sol, que dora desnudos cuerpos juvenile…
El tiempo, insinuándose en tu cuer… tal la nube de polvo en fuente pur… aquella gracia antigua desordena y clava en mí una pena silenciosa. Otros antes que yo vieron un’ día,
Urbano y dulce revuelo suscitando fresca brisa para sazón de sonrisa que agosta el ardor del suelo; pues si aquel mudo señuelo
He venido para ver semblantes Amables como viejas escobas, He venido para ver las sombras Que desde lejos me sonríen. He venido para ver los muros