Luis Barreda Morán

Para Amarla Bien

Para Amarla Bien
 
Si tu corazón por ella suspira,
y en sus ojos tu alma se mira,
escucha bien lo que has de hacer
para su amor, con fe, tener.
 
Primero, caricias sin cesar,
su pelo acaricia, suave al pasar.
Juega con rizos hasta que el sueño llegue,
y en tus brazos, tranquila, se entregue.
 
Aprende unos pasos, aunque sea dos,
el baile es su risa, su ritmo es voz.
Mueve tus pies con gracia y calor,
su mundo es la música, baila con amor.
 
Conviértete en poeta, aunque sea al inicio,
escribe un verso, sencillo oficio.
Dile lo bella que ves en su ser,
con palabras sinceras, la harás florecer.
 
Ámala despacio, sin prisas ni afán,
su pasado es herida que aún puede sangrar.
El miedo a veces la empuja a huir,
dale tu calma, hazla sentir.
 
Cuando ella hable, presta atención,
su voz es un don, una bendición.
Aunque hable de cosas que no entiendas bien,
su brillo en los ojos te encanta también.
 
Llévale flores, girasoles, su luz,
detalles pequeños que nacen de tu cruz.
Que sepa que piensas en ella al pasar,
harás más bonito su día al brillar.
 
Paciencia, mucha paciencia has de dar,
su confianza es frágil, no la has de quebrar.
Palabras vacías ya no quiere oír,
solo acciones que digan: “Aquí estoy para ti”.
 
Si la tristeza su rostro nubló,
abrázala fuerte, no la sueltes yo.
Sabe reconstruirse, es fuerte y valiente,
tu apoyo es el puente, cálido y presente.
 
Aguanta algún berrinche, su lado infantil,
es parte del encanto que tiene sutil.
Una dulce terquedad que no ha de durar,
con una sonrisa la harás olvidar.
 
Conócela entera, sin dejar un rincón,
sus sueños, sus miedos, su canción.
Pregúntale el café que le gusta tomar,
y la cicatriz que no quiere olvidar.
¿Por qué ama los gatos? Escucha su historia,
detrás de su hoy hay una vida con gloria.
 
Hazle el amor con ternura y calma,
recorre su cuerpo, es un mapa sin alma.
Besa sus lunares, acaricia su piel,
quítale penas, hazla sentir fiel.
Dile que su cuerpo es perfecto, es bello,
bajo las sábanas, un cielo de estrella.
 
Si vas  a amarla, no lo hagas a medias,
ni juegues con fuego, ni falsas promesas.
Ámala completa, sin sombra ni duda,
con todo tu ser, que tu amor la inunda.
Con labios, con codos, con noches y días,
con cada átomo tuyo, con tus alegrías.
 
Ella es aventura, tormenta en el mar,
un salto al vacío, sin mirar atrás.
Si un día decide partir y volar,
no temas, recuerda, sin dejar de amar.
Los momentos más dulces te habrá regalado,
un tesoro en el alma, por siempre guardado.
 
Y si lo consigues, si ganas su fe,
si en su corazón tu lugar ponen pie...
Serás el más rico, el más dichoso aquí,
pues tener su amor, es la gloria para ti.
 
—Luis Barreda/LAB

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