#EscritoresCostarricenses
Moradas cual la túnica de Cristo, columpiando sus pétalos de seda, en mis bosques nativos las he vist… donde el sinsonte al manantial rem… Caprichos de amatista suspendidos
Es ñor Juan Pelos, o ñor Veintiu… (son sus apodos), un viejo artista… toca dulzaina como ninguno y es del villorio gran violinista. Las piezas nuevas y las de antaño
Señor de los poblados, cuando sube… describiendo espirales con el vuel… semejas una cruz bajo del cielo santiguando la frente de las nubes… En tus éxodos nada te detiene,
Cantan los gallos, es la del alba, “coge las bestias –dice el abuelo– hay ya clarores sobre el Turrialba y las palomas bajan al suelo.” “Muchachas, vamos, arriba todas,
La paz del campo llega y me habla… los tulipanes ríen en el jardín de… se yerguen las begonias, las rosas… y las legumbres frescas me incitan… Alegre todo me habla de muchas cos…
Sobre la selva virgen de altivos h… que abanican las hojas de armónica… batiendo treinta remos van quince… luciendo luengas colas de visos to… El éxodo es de días, quizá de cuat…
Es ella una serpiente de colores versada en quebrantar en los cubil… cachorros de jaguar, pumas sutiles en las selvas, y pájaros cantores. El un perro de buenos cazadores
Zapatos rotos, roto el sombrero, la piel curtida por los calores, pasa el jocoso titiritero para el poblado de labradores. “¡Baile a Perucho!” le gritan tod…
Hay un aliento puro que viene de l… contándome la vida de campos de la… en donde cada hitavo enseña treint… en donde cada nube se rasga en dos… El hálito me dice de brisas mañane…
Es un leva con cara que da miedo, nariz muy larga y con los ojos gat… los dedos se le ven por los zapato… —le dice ña Pascuala a ñor Alfred… Yo no lo bajo unque me rece el cre…
El gallo ese clarín de la primera luz alza el canto anunciador del d… y la gente devota en romería, invade la polvosa carretera. La viuda, la casada y la soltera
Ensaya el marinero en su canoa un aire de nativa cantinela, y el Sol se expande encima de la e… que hierve y fulge al avanzar la p… Debajo de una ceiba está una boa,
Avecilla pardo-obscura que te posas en las veras del camino solitario que del monte va a la aldea; avecilla misteriosa,
Hay regocijos en la cabaña tiende la tarde rojos cendales y dos carretas llenas de caña vienen vibrando de los cañales. Crujen las mazas dando sus vueltas
Hay una imagen de Santa Rita en cuyo rostro muestra candores, las mozas llevan hasta su ermita de las montañas las frescas flores… Las tristes viudas que llevan luto…