Es cálida tu voz que enciende estrellas,
que envuelve la negrura, una luciérnaga,
con su cálido brillo me conduce
hasta un páramo alegre, tu sonrisa.
Que dulce tu destello que me alumbra
que ritmo tu canción que me enamora
que danza de tu voz que se me aprieta
que pasión tan intensa que estremece.
Tu boca que requiebra y me susurra
y me escribe pasión dentro del pecho
vuelve intensa la noche, enciende vida.
Y yo me hago luciérnaga contigo
y la noche va abriendo a nuestro paso
su gran inmensidad, se vuelve espuria.